1 de cada 7 españoles presenta enfermedad renal crónica con una prevalencia entre el 9 y el 15 por ciento de la población. La ERC, en su abreviatura, se considera el destino final común a una constelación de patologías que afectan al riñón de forma crónica e irreversible. Según una estimación de Global Burden of Disease Study, en 2040 esta enfermedad podría convertirse en la quinta causa de muerte. El deterioro de la función renal sucede de forma progresiva y silenciosa y cuatro de cada diez pacientes desconoce que padece la enfermedad.
Los riñones son indispensables para el cuerpo humano. Son sus grandes depuradoras. Cada día retiran de nuestra sangre sustancias que no debemos acumular como la urea o la creatinina, y que expulsan a través de la orina.
La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) ha recordado en un comunicado que “la enfermedad cardiovascular es la principal causa de morbilidad y muerte de los pacientes con enfermedad renal crónica”. En concreto, el riesgo de enfermedad cardiovascular y de muerte cardiovascular aumenta progresivamente con el deterioro de la función renal y el incremento de la albuminuria. Por ello es tan importante la detección precoz de la enfermedad renal crónica, así como el manejo de los factores de progresión y de sus complicaciones.
La importancia epidemiológica de la enfermedad renal crónica se relaciona no sólo con su elevada prevalencia, sino también por “el significativo deterioro en la calidad de vida, la elevada morbimortalidad preferentemente cardiovascular y el elevado coste sanitario y social”, apuntan.
¿Cómo puedo prevenir la enfermedad renal?
1 de cada 7 españoles presenta enfermedad renal crónica, razón por la que es sumamente importante conocer todo lo que está en nuestras manos para evitarlo. Entre ellos:
- Seguir una dieta baja en sal y grasa y, en ocasiones, puede ser conveniente reducir el consumo también de proteínas.
- Hacer ejercicio por lo menos 30 minutos casi todos los días de la semana. Esta actividad debe acelerar las pulsaciones del corazón, lo que significa que, si se camina, la marcha sea a una velocidad suficiente que se note en la respiración.
- Hacerse análisis médicos de forma periódica. Entre las pruebas renales que pueden ayudar a detectar la enfermedad renal en sus inicios son los análisis de sangre y de orina, el ultrasonido y la biopsia renal.
- No fumar. El tabaco puede afectar negativamente a los problemas renales, ya que incide sobre la hipertensión arterial que produce el desarrollo de ERC.
- Limitar el uso de alcohol, ya que un consumo excesivo favorece el aumento de la tensión arterial y empeora el diagnóstico.