Alerta sobre el riesgo de comer carne cruda o poco hecha ha lanzado la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). “Puede contaminarse durante su elaboración con microorganismos patógenos y suponer un riesgo para tu salud”, explica la autoridad de seguridad alimentaria.
Hamburguesas, carpaccios o tartares suelen figurar entre los alimentos de carne de vacuno que se consumen poco hechos e incluso crudos. Sin embargo, existe riesgo de contaminación de estas elaboraciones con microorganismos patógenos como Escherichia coli, productora de toxinas Shiga, más conocida como STEC.
“La contaminación de la carne con STEC se puede producir en diferentes etapas de la cadena alimentaria, aunque generalmente se produce como consecuencia de prácticas incorrectas de higiene en establecimientos alimentarios o en los hogares”, advierte la AESAN.
¿Cómo prevenir la contaminación?
En España, según la AESAN, suceden muchos casos de intoxicaciones. Las más frecuentes se producen por la manipulación. Para evitar la contaminación cruzada se recomienda cocinar la carne siempre a una temperatura mayor o igual a 70 °C durante al menos dos minutos. Aunque las intoxicaciones pueden ocurrir independientemente del tipo de carne, las carnes de ave son más prolíferas a estos microorganismos. Por ello, se aconseja comerlas cuando estén completamente hechas.
Otra forma de prevenir la contaminación es asegurarnos de que no se rompa la cadena de frío. Es cuando aumentan las bacterias y el riesgo de patógenos como la listeria o la salmonelosis. Según la EFSA (European Food Safety Authority), máximo organismo europeo en cuanto a seguridad alimentaria, una vez preparada, los productos a base de carne cruda deben conservarse por debajo de 2 y 4 º C respectivamente o congelarlas por debajo de -18 º C. Una vez descongelada la pieza, es aconsejable consumirla antes de que haya transcurrido un día. No se deben volver a congelar los alimentos ya congelados, ya que resta calidad a los alimentos y facilita su contaminación.