Los alimentos refrescantes para combatir el calor están al orden del día por su capacidad termorreguladora del organismo. En condiciones normales perdemos unos 2,5 litros de agua al día. A esta cantidad en verano habría que sumar las pérdidas debidas a la sudoración por el propio calor o la actividad física. Por ello es sumamente importante tomar líquidos de forma abundante. Se puede recurrir también a frutas y verduras ricas en agua, fibra, vitaminas y minerales. Además de ser una opción nutritiva y sana, nos proporcionarían una hidratación óptima.
En la lista de los alimentos más refrescantes entrarían especies como el chile o la cúrcuma y frutas y verduras ricas en agua. Entre las primeras destacan la sandía, el melón, el melocotón, las ciruelas, los albaricoques, las fresas, las cerezas y el kiwi. Entre las segundas, están la lechuga, las espinacas, la cebolla, el tomate, los pimientos y la zanahoria. Para aprovechar al máximo su potencial, lo mejor sería tomarlos crudos en lugar de cocidos. Un proceso de cocción siempre restará de su calidad nutritiva.
Platos ligeros y refrescantes
“Es momento de dar protagonismo a las ensaladas, macedonias, carpaccios, gazpachos, cremas, etc. es decir, platos ricos en agua, de fácil digestión y con pocas grasas, pues éstas son sustancias de reserva altamente energéticas que garantizan, entre otras cosas, la producción de calor”, explica la doctora Guadalupe Blay, responsable de Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Otra forma de combatir el calor sería añadiendo a los platos ingredientes picantes o guindillas. Al subir la temperatura corporal, estimulan la circulación sanguínea, la sudoración y su evaporación, permitiendo al organismo refrigerarse.
Los ácidos grasos esenciales cuentan con el visto bueno de los expertos, ya que combaten la desecación y mejoran la hidratación de la piel en verano. Se encuentran en el pescado azul, en frutos secos y semillas. El aceite de oliva virgen extra es una opción ideal para aliñar las ensaladas, por ser antioxidante y rico en ácido oleico y vitamina E.
En cuanto a las bebidas, tomar agua natural es más efectivo que fría, ya que ayuda a equilibrar la temperatura corporal. El agua de coco es otra de las apuestas de este verano con propiedades refrescantes, además contiene vitaminas esenciales, minerales y otros nutrientes.
Añadir menta fresca a las bebidas también puede tener un efecto refrescante.
Alimentos desaconsejados en los días de calor
Por el contrario, se desaconseja el consumo de bebidas estimulantes y alcohólicas o alimentos muy palatables, como dulces industriales o alimentos procesados con sal y aditivos como el glutamato monosódico.
Asimismo, se aconseja reducir la ingesta de carne y embutidos, ya que son ricas en grasas saturadas que dificultan la digestión y crean la sensación de empacho. En este grupo también entrarían guisos, quesos, patés, natas, cremas y helados industriales.
Las infusiones diuréticas, como la cola de caballo o el diente de león, que se emplean para combatir la retención de líquidos, no son recomendables en los días de calor. Al ser muy diuréticas, favorecen la deshidratación, ya que además de eliminar líquidos, pueden contribuir a una bajada de la tensión o dar lugar a la pérdida de vitaminas hidrosolubles.