El cambio climático trae enfermedades agravadas por el calentamiento global y la contaminación del agua, el aire y los alimentos. Así lo advierte la Organización Mundial de la Salud.
Una mayor contaminación del aire debido al calor, los incendios forestales, las sequías, las tormentas y el aumento de los alérgenos empeora la respiración de las personas y las enfermedades relacionadas. Entre ellas está la EPOC, una afección pulmonar crónica de progresión lenta que limita la capacidad respiratoria. Está demostrado que el cambio brusco de temperaturas puede agravar sus síntomas. Es la tercera causa de muerte en el mundo y la cuarta en España, según un informe de la Asociación de Pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.
Los altos niveles de polen, los hongos, el smog y algunos alérgenos ambientales generan cada vez más tos o falta de aire. Todo ello puede incrementar las alergias entre la población y la incidencia del asma que afecta a 300 millones de personas en todo el mundo.
La neumonía es otra de las enfermedades agravadas por el cambio climático y especialmente por la contaminación. Causa 2,5 millones de muertes al año en todo el mundo.
El calentamiento global no solo está afectando a las personas, sino también los patrones de comportamiento de muchas especies. Entre ellos figuran los microorganismos que producen enfermedades infecciosas. Se calcula que para el año 2030 habrá un 10% más de enfermedades diarreicas, ocasionadas por contaminación tanto del agua como de los alimentos.
Cáncer y enfermedades autoinmunes
La contaminación del aire y la radiación solar contribuyen al incremento de algunos tipos de cáncer, como el de pulmón y de piel.
Además, el aire sucio aumenta un 40% el riesgo de padecer artritis reumatoide y un 20% el riesgo de desarrollar enfermedad inflamatoria intestinal, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
Según un estudio, publicado en la revista RMD Open, la exposición a largo plazo a partículas finas por encima de los niveles recomendados por la OMS se asocia con un riesgo hasta un 13 % mayor de desarrollar una enfermedad autoinmune.
Por último, y aunque no se trata de una enfermedad como tal, están las insolaciones y los golpes de calor. Según el sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo), desde finales de abril hasta principios de septiembre de este año se atribuye a causas relacionadas con el calor la muerte de más de 4.700 personas en España.