En invierno aumentan hasta un 20 por ciento los casos de sinusitis. La primera señal que nos avisa que se podría tratar de sinusitis es la aparición de una congestión nasal que persiste por varios días y no mejora. Los expertos del Mayo Clinic la describen como una inflamación de los senos paranasales. Se trata de los espacios llenos de aire en el cráneo ubicados por detrás de la frente, las mejillas y los ojos.
La sinusitis se considera aguda cuando el tiempo de evolución es menor de tres semanas, y crónica, cuando persiste por más tiempo.
Las causas más frecuentes de la sinusitis aguda pueden ser la aparición de pólipos que bloquean los conductos nasales, desviación del tabique nasal, fibrosis quística, alergia al polvo o al pelo de animales e, incluso, tabaquismo.
En invierno aumentan hasta un 20 por ciento los casos de sinusitis. Esto es debido a que en la época del frío hay una mayor concentración de virus respiratorios, favorecida por las cambios de temperaturas, el frío y la contaminación ambiental.
Los síntomas ante cuales hay que estar en alerta son congestión nasal, fiebre, mucosidad verdosa o amarilla, cefalea y dolor de garganta, inflamación alrededor de los ojos o las mejillas, tos y fatiga.
Los especialistas recalcan que, si no hay infección en las vías respiratorias, no es necesario tomar antibióticos. Se suelen recetar descongestivos orales y corticoides tópicos, además de lavados nasales con agua salada. Utilizar un humidificador para el ambiente y tomar mucho líquido también ayuda.