Algunas enfermedades pueden estar detectadas por la boca. Su temprana identificación será clave a la hora de prevenir males mayores y puede llegar a salvar vidas. Así, por ejemplo, la existencia de sequedad crónica, gingivitis, aftas bucales, caries o periodontitis, podría ser síntoma del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Es un virus que daña el sistema inmunitario al destruir un tipo de glóbulo blanco que ayuda al cuerpo a combatir las infecciones. Es el principal factor para desarrollar SIDA. Según datos de GeSIDA, Un 14 por ciento de las personas infectadas con VIH en España desconocen que tienen la enfermedad y cada año se diagnostican más de 3.000 nuevos casos.
El mal aliento y el sabor metálico que proviene de los desechos en la sangre son otros síntomas detectables por la boca que pueden delatar la presencia de Insuficiencia Renal Crónica. En una etapa inicial apenas presenta síntomas y puede ser tratada si se diagnostica a tiempo. En fases más avanzados, se puede necesitar diálisis o un trasplante de riñón. Se espera que en 2040 sea la sexta causa de muerte en España y la segunda, tras el alzhéimer, en 2100, según el estudio «Global Burden of Disease».
Otra de las enfermedades que pueden detectarse por la cavidad bocal es la diabetes mellitus. Suele manifestarse con sequedad bucal y puede dejar un sabor amargo que nos alerta del riesgo de esta patología. Aunque también podría aparecer como resultado del consumo de fármacos o alguna alteración en las glándulas salivales, traumas, bacterias o virus. Por ello, es muy importante prestarle atención porque este síndrome puede perjudicar la humectación de la boca y alertar de enfermedades más importantes.
La última y tal vez la menos grave de las dolencias que se manifiestan por la boca es la sinusitis, una afectación que crece en otoño e invierno. Con un aumento considerable de mucosidad y bacterias en la cavidad se puede saber si se sufre esta patología. En algunos casos también puede verse alterada la percepción de los sabores.