La medicina regenerativa minimiza el dolor articular. Se trata de una especialidad, relativamente nueva que se nutre de la ingeniería y de las ciencias de la salud para fabricar sustitutos biológicos para reemplazar tejidos u órganos dañados del cuerpo humano. En el caso de las enfermedades y lesiones del aparato músculo-esquelético ya es una realidad con demostrada eficacia. La articulación más tratada con estas técnicas es la rodilla, aunque también se aplica con éxito en cadera, hombro, o muñeca.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 73% de las personas mayores de 50 años padece algún tipo de dolencia articular y muestra signos de artrosis. Estos síntomas están presentes en el 60% de los hombres y en el 70% de las mujeres mayores de 65 años.

La artrosis es una enfermedad degenerativa que empeora con el tiempo. Los analgésicos pueden tratar los síntomas, pero no solucionarán el problema que los origina. A la medida que la artrosis avance, es fácil llegar a plantearse el implante de una prótesis.

La medicina regenerativa y los deportistas de élite

Las lesiones de algunos deportistas de élite reafirman la eficacia de la medicina regenerativa a la hora de minimizar el dolor articular. Se sabe que Lionel Messi, por ejemplo, recibió terapia con células madre, igual que Cristiano Ronaldo para curar lesiones o Rafa Nadal, para aliviar dolores en la espalda y las rodillas.

Con ese tratamiento el tenista español pudo regenerar el cartílago de las articulaciones lumbares obteniendo las células madre de la grasa subcutánea abdominal. Una vez separadas las células madre del tejido grasa, se infiltran en la articulación. El objetivo es aportar al cartílago desgastado células sin forma, ni especialización que se puedan convertir en células cartilaginosas, fabricando nuevo cartílago.

Por lo tanto, la medicina regenerativa es una alternativa más segura y menos arriesgada de una cirugía y hospitalización. Se realiza de forma mínimamente invasiva y cuenta con una recuperación mucho más rápida. Preservan la integridad de la articulación y consigue recuperar en un alto porcentaje su funcionalidad y movimiento. Al utilizar material biológico (células y tejidos) del propio paciente, se evita el riesgo de rechazo que puede ocurrir en una intervención quirúrgica y se eliminan los efectos secundarios adversos derivados.