La obesidad eleva el riesgo de deterioro cognitivo en la vejez, según un estudio canadiense. Científicos del Instituto-Hospital Neurológico de Montreal (The Neuro), de la Universidad McGill, hallaron una correlación entre la neurodegeneración en personas obesas y pacientes con Alzheimer.
Investigaciones anteriores han demostrado que la obesidad está vinculada a cambios relacionados con la enfermedad de Alzheimer (EA), como el daño cerebrovascular y la acumulación de beta-amiloide. Ahora por primera vez se sugiere que perder el exceso de peso podría ralentizar el deterioro cognitivo en la vejez.
En la muestra del estudio participaron más de 1.300 individuos. Se compararon los patrones de atrofia de la materia gris en la obesidad y la EA. Contrastaron datos de pacientes con Alzheimer y de pacientes sanos, y de obesos con no obesos, creando mapas de atrofia de la materia gris para cada grupo.
De esta forma los científicos descubrieron que la obesidad y el Alzheimer afectaban de forma similar el adelgazamiento cortical de la materia gris. Determinaron que el adelgazamiento cortical puede ser un signo de neurodegeneración. Por lo consiguiente, la obesidad puede causar el mismo tipo de neurodegeneración que muestran las personas con EA.
La obesidad es una enfermedad multisistémica que afecta a los sistemas respiratorio, gastrointestinal y cardiovascular. Pero también puede ejercer un impacto neurológico y puede desempeñar un papel importante en el desarrollo del Alzheimer y la demencia.
“Nuestros resultados destacan la importancia de disminuir el peso en individuos obesos y con sobrepeso en la mediana edad, para disminuir el riesgo posterior de neurodegeneración y demencia”, resume Filip Morys, primer autor del estudio, publicado en el ´Journal of Alzheimer´s Disease´.