Las Navidades aumentan el riesgo para las personas con TCA. Es la abreviatura de los denominados trastornos de la conducta alimentaria. Entre ellos se encuentran no sólo la bulimia y la anorexia nerviosa, sino también el trastorno por atracón y el trastorno restrictivo de la ingesta de alimentos. Se estima que la cifra de afectados de este tipo de padecimientos en España ronda las 400.000 personas, según datos de la Asociación Española para el Estudio de los Trastornos de Conducta Alimentaria.
Los TCA son un grupo de psicopatologías multicausales y complejas. Dependen de factores biológicos, genéticos o ambientales, a veces desencadenados por algún evento disparador. Los trastornos alimentarios suelen ir acompañados de baja autoestima y depresión, acompañados por la sensación de ser incomprendido.
Las personas con un trastorno alimentario caracterizado por atracones recurrentes se sienten especialmente preocupados por las comilonas que se pueden dar durante las Navidades. Para que este tipo de TCA se puede considerar un trastorno alimentario incontrolado, deben producirse al menos dos veces por semana y durante tres meses consecutivos. Suelen ir acompañado de una sensación de pérdida de control y no hay prácticas de eliminación o compensación.
Cómo reconocer un TCA y consejos para evitar recaídas
Las Navidades aumentan el riesgo para las personas con TCA. A muchos afectados les cuesta reconocer que tienen un problema de salud y niegan de padecer un trastorno. En vísperas del Año Nuevo existe un alto riesgo de experimentar crisis y complicaciones por los cambios de rutinas en estas fechas. Por tanto, serían señales de alerta, si se saltan las comidas o se descartan determinados alimentos; si se evita comer en restaurantes o sitios públicos; si hay demasiada preocupación por engordar a pesar de tener un peso normal; y cuando hay una obsesión por mirarse en el espejo o pesarse repetidamente.
La planificación de las actividades en Navidad es una de las principales claves para evitar recaídas en caso de tener un trastorno de la conducta alimentaria. Implementar una serie de estrategias ayudaría a disminuir los síntomas de ansiedad y evitaría car en crisis y complicaciones.
En esta línea, convendría planificar las comidas. Los menús en Navidad deben elaborarse con cuidado, preferiblemente a base de alimentos frescos y saludables. Hay que controlar las porciones, evitando las comidas tipo buffet, porque pueden disparar la ansiedad o la angustia. La actividad física, la relajación con música o algunas rutinas de autocuidado también ayudarían a no obsesionarse con la ingesta de los alimentos.