Nomofobia o el miedo de quedar sin conexión es un problema bien conocido a los psicólogos. La mayoría de personas acceden en la red a través de un teléfono inteligente para todos algo indispensable hoy en día. Pero para algunos se ha convertido en un foco adictivo que está generando un nuevo elenco de trastornos ligados a su uso.

Un estado de dependencia de la conexión que ya tiene nombre, la nomofobia. Se refiere al miedo irracional que sienten muchos usuarios a no disponer del teléfono móvil, bien porque se lo han dejado en casa, se les ha agotado la batería, se han quedado fuera de cobertura, han agotado el saldo, se lo han robado o simplemente se les ha estropeado. Este término fue acuñado a raíz de un estudio realizado por la Oficina de Correos para evaluar el grado de ansiedad que llegan a padecer los usuarios de los denominados smartphones.

A pesar de que la nomofobia no está considera como un trastorno de manera oficial, tiene todos los elementos que indican que es una. Esto es porque se genera a partir de una adicción a los dispositivos móviles y la necesidad de estar en constante contacto con el mundo (ya sea por WhatsApp u otras redes sociales).

Cómo reconocer un nomofóbico

La dependencia de estar constantemente conectado sin perder de la vista el móvil, podría llegar a llevar a aislamiento social. La relación con el exterior se hace a través del whatsapp, las redes sociales, el comercio electrónico, las aplicaciones de citas, los juegos online, etc.

Un nomofóbico revisa constantemente su móvil, buscando nuevos mensajes. Se priva de sueño para indagar en las redes sociales, evita los sitios sin cobertura, no apaga el móvil y siempre busca de localizar un enchufe para recargar la batería.
Se busca pareja por internet y rompe con ella utilizando la red, se mantienen conversaciones con muchos desconocidos y cuelga cada detalle en forma de fotos, vídeos o cometarios. Un problema que se da con mayor frecuencia entre jóvenes y adolescentes.

¿Qué ocurre si se corta este hilo conductor de las relaciones sociales? Surge la ansiedad, nerviosismo, taquicardias, pensamientos obsesivos, dolores de cabeza y de estómago, resistencia al estrés e incluso ataques de pánico. Y todos ellos son propios de una situación de dependencia o adicción.

Uso práctico del Internet en los hogares

Los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística de España revelan que el 82,9% de los hogares con al menos un miembro de 16 a 74 años dispone de algún tipo de ordenador, el 99,5% cuenta con al menos un teléfono móvil y un 96,1% tienen acceso a Internet.
Según el informe del INE, el 93,8% de los encuestados de 16 a 74 años ha realizado alguna actividad relacionada con la comunicación en los tres últimos meses, y casi un 86% con el entretenimiento y la información. El uso de aplicaciones de comunicación tanto de mensajería instantánea, como para telefonear o realizar videollamadas es el más generalizado. Teletrabajo y cursos online, trámites con la administración, comercio electrónico y compras de productos y servicios en línea son entre las actividades más destacadas. Además, se ha afirmado que casi cuatro de cada 10 personas utilizan dispositivos o servicios de domótica en el hogar. Entre ellos, asistentes virtuales en forma de altavoz inteligente como Alexa, electrodomésticos conectados y sistemas para la administración de energía.