Relacionan la apnea del sueño con un volumen del cerebro más pequeño, un signo temprano de la enfermedad de Alzheimer. El estudio, publicado en la revista médica americana Neurology, encontró una correlación entre la apnea del sueño severa y los volúmenes más bajos en el área del lóbulo temporal medial y el hipocampo en personas con placas amiloides. Éstas últimas “asfixian” los vasos sanguíneos del cerebro. Se forman debido a la acumulación de una proteína en el espacio extraneuronal impidiendo una correcta conexión entre las neuronas y provocando su degeneración. Algo característico de las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer, cuyos signos tempranos suelen manifestarse entre los 30 y 65 años de edad de las personas.
La apnea del sueño normalmente se produce por un colapso total o parcial en la vía respiratoria superior de la persona mientras duerme. Entre sus causas suelen ser la obesidad, un tabique nasal desviado o amígdalas demasiado grandes, entre otros factores. Solucionar el problema a tiempo, ayuda a evitar males mayores a largo plazo.
También aumenta el riesgo de deterioro de la memoria
En el estudio, realizado por el Grupo de Investigación Medit-Ageing, participaron 122 personas con una edad promedio de 69 años y que no manifestaban problemas de memoria. De ellos, solo 26 personas tenían placas de amiloide en el cerebro. A los participantes se les realizaron escáneres cerebrales y pruebas de su memoria, además de estudio del sueño nocturno. Las pruebas de memoria se repitieron después de un promedio de 21 meses.
Se observó que las personas con placas de amiloide tenían apneas del sueño más graves. Esto se asoció con un menor volumen cerebral en el área del lóbulo temporal medio del cerebro. Según los investigadores, esto significa que además del riesgo de perder células cerebrales, se puede deteriorar la memoria con el tiempo. Esta conexión, sin embargo, no se encontró en las personas que no tenían placas de amiloide.
Por esta razón el estudio enfatiza la necesidad de más investigación sobre los tratamientos respiratorios para los trastornos del sueño para mejorar los procesos cognitivos y retrasar los neurodegenerativos.