Se disparan las muertes por el golpe de calor en España, según ha avisado el Instituto de Salud Carlos III de Madrid. En la última ola de calor que ha durado unos diez días, en nuestro país se han producido más de 1.000 fallecimientos atribuidos a las altas temperaturas. En algunas zonas durante este mes de julio se han superado los 40 grados por el día y los 30 grados por la noche. El día 18 de julio, en los primeros 7 días de la ola de calor en España, Sanidad estimaba la cifra en 510 fallecidos.

El hipotálamo es la parte del cerebro que regula la temperatura y nos permite mantener una temperatura constante de unos 37 ℃, independientemente de la temperatura ambiental. Cuando nuestro cuerpo alcanza temperaturas por encima de los 40 ℃, el hipotálamo deja de funcionar correctamente y nuestro sistema natural de enfriamiento, la transpiración, puede fallar. Es entonces cuando una persona puede sufrir un golpe de calor.

En caso de un golpe de calor, se debe trasladar a la persona a la sombra, tumbarla con la espalda recta y las piernas levantadas para favorecer la circulación de la sangre. Se puede humedecer el rostro con un paño húmedo, pero no se le debe dar de beber, si se encuentra inconsciente, porque se podría ahogar. Si su temperatura no desciende, presenta pulsó débil y palidez o sufre de enfermedades cardíacas, hay que llamar al médico de inmediato.

Como evitar un golpe de calor

Hay dos tipos de golpes de calor. El primero afecta sobre todo a las personas mayores con patologías previas. El aumento de la temperatura ambiental acelera su enfermedad y eleva el riesgo de muerte.

El segundo tipo golpe de calor es más común y afecta a las personas jóvenes que realizan actividades al aire libre sin preparación previa o simplemente por y no utilizar protección solar adecuada. Es cuando pueden sufrir una hipertermia.

Los niños y los bebés son especialmente vulnerables a los golpes de calor. Su sistema respiratorio no está desarrollado por completo y favorece la pérdida de líquidos. Es muy importante evitar la deshidratación, ya que su cuerpo no puede sudar lo suficiente para enfriarse de forma natural. En el caso de los menores de 3 años, no deben exponerse al sol.

En general, tanto adultos, como niños deben consumir abundantemente agua y líquidos, evitando las ingestas pesadas de difícil digestión que contribuyen al aumento de la temperatura corporal.

Se aconseja evitar la exposición al sol en las horas centrales del día cuando la temperatura es más alta. Asimismo, se recomienda utilizar un factor de protección solar adecuado, para evitar quemaduras  de piel, sin olvidar tapar la cabeza (gorro, pañuelo o sombrilla en la playa).

En cuanto a la vestimenta, la ropa blanca no es la mejor opción por reflejar la luz solar. Si llevamos ropa blanca, el calor que emitimos rebotaría contra la tela y no podrá salir, mientras que una prenda holgada de color negro lo  podría absorber.