Algunas señales de alerta nos pueden avisar que la salud mental de una persona está en riesgo. Suelen manifestarse con un malestar general, irritabilidad, desgana para mantener contactos sociales y pensamientos negativos predominantes. La salud mental y el bienestar son fundamentales para nuestra capacidad colectiva e individual de pensar, manifestar sentimientos, interactuar con los demás, ganar el sustento y disfrutar de la vida.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) avisa que una de cada cuatro personas en el mundo tendrá a lo largo de su vida un problema de salud mental. Se estima que en 2030 los trastornos mentales serán la primera causa de discapacidad a nivel mundial. La depresión, la ansiedad generalizada, el abuso de sustancias y las fobias son algunos de los más comunes. Según el Consejo General de Psicología, España tiene cuatro veces menos profesionales de la Psicología en la sanidad pública que la media europea (4 por 100.000 habitantes frente a los 18 por 100.000 en Europa), algo que afecta también la Atención Primaria. La falta de psicólogos con una formación específica en salud mental dificulta detectar de manera temprana los trastornos mentales en la población.

Según el Hospital Universitario Clínic de Barcelona, “la enfermedad o el trastorno mental es una alteración sostenida de tipo emocional, cognitiva y/o de comportamiento, donde quedan afectados procesos psicológicos básicos como la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje, el lenguaje, etc, síntomas que dificultan que la persona se adapte al entorno cultural y social en el que vive, lo que puede provocar alguna forma de malestar subjetivo”.

10 señales de alerta que la salud mental está sufriendo

No obstante, hay señales de alerta que nos pueden avisan que la salud mental de una persona está en riesgo. A continuación, enumeramos las principales diez:

  • Mostrar irritabilidad o nerviosismo de manera constante.
  • Encerrarse en uno mismo y evitar los contactos sociales.
  • Criticar a los demás.
  • Tener pensamientos negativos u obsesión por detalles sin importancia.
  • Experimentar un cambio en la alimentación: comer demasiado o muy poco.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Dejar de hacer cosas que antes se disfrutaban.
  • Mostrar indiferencia, desinterés y desgana a menudo.
  • Presentar cambios de personalidad o comportarse de forma inusual.
  • Descuidarse físicamente o empezar a consumir alcohol, drogas, etc.